Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para
retirarse a disfrutar sun pensión de jubilación. Le contó a su jefe
acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más
placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario
mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna
manera.
El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen
empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera
el múltimo esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y
comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el
corazón en lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su
trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una
infortunada manera de poner punto final a su carrera.
Cuando el
albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le
extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido
amigo -dijo-. Es un regalo para ti".
Si el albañil hubiera sabido
que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho
totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que
había construido!
Construimos
nuestras vidas de manera distraida, reaccionando cuando deberíamos
actuar, y sin poner en esa actuación lo mejor de nosotros. Muchas veces,
ni siquiera hacemos nuestro mejor esfuerzo en el trabajo. Entonces de
repente vemos la situación que hemos creado y descubrimos que estamos
viviendo en la casa que hemos construido. Si lo hubiéramos sabido antes,
la habríamos hecho diferente.
La conclusión es que debemos
pensar como si estuviésemos construyendo nuestra casa. Cada día clavamos
un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Construir con
sabiduría es la única regla que podemos reforzar en nuestra existencia.
Inclusive si la vivimos sólo por un día, ese día merece ser vivido con
gracia y dignidad.
La vida es como un proyecto de
hágalo-usted-mismo. Su vida, ahora, es el resultado de sus actitudes y
elecciones del pasado. ¡Su vida de mañana será el resultado de sus
actitudes y elecciones de hoy!
* Contribución de Daniel Molina, 1ro de noviembre de 2001.
Extraído del libro "La culpa es de la vaca"
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